“LIBERACIÓN”
AHORA O NUNCA
Por: Jorge Tadeo Lozano
02 de octubre de 2009
El Chocó no puede
continuar siendo el órgano muerto del cuerpo vivo de Colombia como decía Ramón Lozano Garcés, ni el
paradigma de indignidad y corrupción generalizada en que los medios de
comunicación lo han colocarlo, ni la síntesis de ineptitud y deshonestidad de toda
su clase dirigentes con que se le califica desde el gobierno nacional para
justificar la intervención de todos su órganos administrativos seccionales. Se
han cometido errores, es cierto, por parte de la dirigencia local, que ha
pagado y está pagando su condigno castigo, como también es cierto que en
algunos caso se han cometido con ellas -y no se sabe si se están cometiendo
ahora- judicializaciones eminentemente políticas e injustas; y en otros, ha
habido una evidente impunidad; pero de todos modos, el momento político es
crítico, así pretenda disfrazarse con retórica alambicada. Como también es
cierto que este virus ha invadido esferas no estrictamente políticas de la institucionalidad regional en las cuales hay
caldos de cultivo de corrupción y malos manejos que continúan su proceso de
incubación y cuya eclosión puede ocurrir de un momento a otro.
Pero también es cierto que
hechos como los que han ocurrido en el Chocó han sucedido y están sucediendo
–incluso de mayor magnitud- en departamentos y regiones de diferente conformación racial, social y
económica y su impacto en la sensibilidad
del gobierno nacional no ha sido de similares proporciones ni ha producido las
reacciones extremas que se han tomado respecto del Chocó, derivadas de la
excesiva intervención a que insólitamente ha sido sometido, para mí,
trasgrediendo normatividad constitucional y legal vigentes. ¿Expresiones
soterradas de racismo? Con algo adicional más delicado aún: en algunos frentes
de la intervención de los entes nacionales en las administraciones
departamental y municipales del Chocó, el remedio ha sido peor que la
enfermedad pues ya se perciben oleadas
de corrupción mayor ejecutadas por los interventores.
La crisis actual ya tocó
fondo, no da más; un paso equivocado adicional podría llevar a la disolución del
departamento y a nuestra dispersión como sociedad. Pero bien, lo cierto es que
la dificultad existe en dos frentes, en el político y en el institucional; en
el primero, el remedio está en las manos
de los chocoanos pues es a ellos a quienes corresponde libre y soberanamente ir
al rescate moral de la gobernabilidad departamental y municipal, de la
representatividad legislativa y de la credibilidad nacional mediante el voto directo; respecto a lo
institucional, la confrontación es más difícil porque nos toca enfrentarnos a
un Gobierno con ejecutorias autoritarias y pretensiones secesionistas con
respecto al Chocó; y a un Estado con una organización político-administrativa
centralista y pétrea, centrípeto y excluyente en el manejo de la economía y con
una estructura de administración monopólica de los recursos naturales.
Así las cosas, para que estos
cambios se den se requiere de un liderazgo regional consciente de los cambios y
sin compromisos políticos menores o subalternos, que tenga no solo un
conocimiento profundo de la región, de su historia y de su economía sino
también del país entero; así como de la evolución sociológica y psicológica de
su sociedad; que además pueda hablar ante
No es nada fácil preparar y
defender ante el Congreso de
Tenemos que cambiar la
tradición de que liderazgos regionales sean apenas unos mediocres mendicantes de favores
presupuestales a los gobiernos, sin iniciativa alguna de gran calado intelectual
que toque las raíces mismas de nuestra problemática, con cambios estructurales
que nos permitan generar a mediano plazo un desarrollo autosuficiente.
Rechazamos los liderazgos locales plegados a las viejas costumbres partidarias
de cambiar respaldos políticos por prebendas personales, políticas o
familiares, que solo generan esclavitud mental y servidumbre moral.
Preferimos actitudes humanas dignas, con
personalidad y carácter, desde donde se puedan catapultar ideas sólidas de
cambio con autonomía e independencia intelectual, que permitan ayudar a
construir una democracia moderna, auténticamente igualitaria, justa y
participativa.
Y esto tiene que hacerse
ya…!!! AHORA O NUNCA !!!
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