“LIBERACIÓN”
CONSEJOS COMUNITARIOS
DE URIBE – II -
“Hogar Múltiple del ICBF en Quibdó”
Por: Jorge Tadeo Lozano
01 de Julio de 2009
Por equidad periodística, analizaremos fragmentos de la información oficial
del gobierno transmitida a través de la Secretaría de Prensa del Palacio de
Nariño, sobre el desarrollo del Consejo Comunitario del pasado 26 de junio en
nuestra Capital Quibdó, sin ahorrarnos –por supuesto- la expresión de nuestro
propio criterio sobre el texto oficial y los diferentes dichos y hechos que
allí se pronunciaron y sucedieron. Hoy continuaremos con el tema del ICBF, lo
que su directora dice haber hecho en el Chocó y lo que según mi criterio le
falta por hacer, que es muchísimo más que lo que ha hecho. La “exagerada
ponderación” que tanto ella como el Presidente han expresado de la única obra
física de carácter social que este Instituto ha ejecutado en nuestro departamento en el barrio “el
reposo” del sector Kennedy de Quibdó (frente a cientos de decenas realizadas en
otras ciudades y departamentos) a duras penas supliría las falencias de
atención alimentaria y educativa de primer nivel de una parte muy mínima de la
niñez de esta área de la capital
departamental, por lo que tenemos el deber de afirmar que es insuficiente este cubrimiento con respecto a las necesidades generales de
la población infantil de la ciudad y mucho menos del Chocó. Solo 189 niños que
serán atendidos por el “Hogar Múltiple” ‘Nuestros sueños del
reposo’ que se entregó a la comunidad el pasado viernes 26 de junio es
un porcentaje muy bajo de atención a la niñez de la primera infancia de Quibdó,
incluso de la Comuna a la que pertenece el sector de Kennedy, uno de los más
poblados de Quibdó, en donde pueden vivir tres o cuatro veces más niños cuyas
familias están en situación de miseria o pobreza y no van a tener acceso a esa
solución que será, si le creemos a sus promotores, de excelente calidad
comparativamente con la que continuaría recibiendo el resto de la población
infantil. Sin embargo, se ha hecho un gran alarde mediático haciendo creer a la
opinión que se ha dado un gran avance en materia de atención a la niñez, cuando
en el Chocó algo más del 70% de la población infantil está en condiciones de
pobreza o miseria (aproximadamente 350 mil infantes) de los cuales por lo menos
la cuarta parte está entre los seis (6) meses y los cinco (5) años y once (11) meses) (casi 1000 niños) y
por tanto debería ser atendida en las
mismas condiciones en que lo serán los 189 privilegiados que tendrán acceso a
aquel Hogar Múltiple; lo cual quiere decir que se va a atender mediante aquel
sistema anunciado como de “excelencia” a solo el 0.19% de la niñez del rango
mencionado arriba.
Nosotros no negamos la importancia de la obra entregada, ni
menospreciamos los aportes de la Nación,
del Gobierno Japonés y de la ONG Plan Internacional; lo que no podemos admitir
es que se trate de hacérsenos creer que ella constituye la solución del
gravísimo problema social del hambre y la desnutrición de nuestra niñez, cuando
su cobertura es tan limitada; y más grave aún, que se venda al país y al mundo
la equívoca idea de que el hambre y la desnutrición en el Chocó es un problema
exclusivo de la niñez (70% en desnutrición) siendo que un estudio serio de la
Universidad de Antioquia realizado en el 2004 arrojó –en una muestra tomada en
el solo municipio de Acandí, considerado uno de los de mayor desarrollo del
departamento por sus características turísticas y ganaderas- que un 44% de su
población adulta masculina estaba en condiciones de desnutrición y el 46% de su
población adulta femenina se encontraba en las mismas condiciones. El mismo
estudio indica que en Acandí 6 terratenientes tienen la propiedad de por lo
menos el 80% de la tierras aptas para la agricultura y la ganadería, situación
aberrante que no es sensato solucionar exclusivamente con subsidios a los niños
pobres de la región. El problema, entonces, de la pobreza es global re integral,
la miseria, el hambre y la desnutrición
no es coyuntural sino estructural en el Chocó, ni es exclusivamente un
problema de la niñez sino de un poco más
del 70% de las familias. Hay otros factores malvados generadores de
desigualdad. Casos como el de Acandí los hay aún más graves en los demás
municipios del departamento, en donde los altísimos niveles de desempleo, los
elevados índices de subempleo y trabajo informal de baja calidad, el flujo
exorbitante de familias desplazadas, la inexistencia de tierras disponibles o
aptas para la agricultura y la ganadería, el despojo de los campesinos de las
tierras indicadas para la minería y el
efecto contaminante de los ríos por el trabajo minero que ha acabado con la
pesca, son los que están produciendo hambre y desolación en las familias y solo
atacando de raíz estos problemas las eliminaríamos de verdad. Lo demás, son meros
paliativos, paños de agua tibia.
.
No niego que los Hogares Múltiples como el que se entregó a Quibdó
constituyen remedio transitorio y de corto plazo a un problema de nutrición de
un grupo determinado de niños pero no la solución a largo plazo del problema de
la pobreza, de la miseria y del hambre de las familias de estos niños, ni
tampoco les asegura a estos infantes una juventud promisoria ni una preparación
académica futura suficiente, o sea, serían niños sin porvenir. Necesitamos
soluciones de fondo que generen empleo para la gente con la garantía de la
seguridad social, que se reforme la política agraria y minera para estas
regiones, que se establezcan especiales modalidades financieras para la
concesión de créditos en condiciones blandas, de excepcionales políticas de
desarrollo que permitan un crecimiento humano sostenido y sostenible, con empleo
digno incluido, que asegure a la niñez, a la juventud y a la familia,
una vida integralmente próspera. Entiendo aquellas soluciones formalistas como
alternativas transitorias pero no definitivas de corrección de los errores
estructurales en que ha venido incurriendo el régimen. Las soluciones
definitivas no pueden ser de naturaleza diferente a cambiar aquellas normas
superiores que han generando los privilegios, la marginalidad y la
discriminación., a través de un Estatuto de Excepción como lo he venido
sosteniendo desde hace 40 años.
En artículo anterior relacioné 22 programas de protección y asistencia
social que el Estado Nacional tenía establecidos desde el 2002, año en que
comenzó el primer período presidencial del actual mandatario; hoy ampliamos
este criterio expresando que casi la mitad de ellos son administrados por el
ICBF y la otra mitad lo son por la Oficina Acción Social de la Presidencia, el
Ministerio de la Protección Social y las Cajas de Compensación Familiar. ¿Por
qué se nos habla de solo uno o dos de esos programas y en forma restringida
para la capital del Departamento? De esto hablaremos en posteriores
comentarios, por ahora dejo constancia de mi inconformidad, no de que se haya
dado este paliativo para unos pocos sino que se nos pretenda engañar
haciéndonos creer que esta es la solución a la pobreza, a la miseria y al
hambre que padece el 70% del pueblo chocoano.
“LIBERACION”
CONSEJOS COMUNITARIOS
DE URIBE – III –
“Sena y Caprecom”
Por: Jorge Tadeo
Lozano
12-07-09
No le da vergüenza al gobierno nacional inaugurar con tanta
fastuosidad una obra y unos servicios
que se le debían al Chocó desde hace por lo menos diez años ya que Quibdó era
la única capital de Departamento que carecía de lo que ahora el Sena nos
presenta como la gran innovación tecnológica, en lugar de ruborizarse por la
mora en haber dotado, no solo a este Instituto semi-oficial que se nutre fundamentalmente
de aportes privados de empresarios y trabajadores, sino a tantos otros entes
gubernamentales de investigación científica que han funcionado en el Chocó, o
que deberían funcionar aquí; y aparecen hoy como los grandes ausentes o los
peor dotados de sus respectivos sistemas en el país. Estamos hablando, por
ejemplo, de la Universidad Tecnológica del Chocó, que por su ubicación
geopolítica estratégica y su rico entorno biodiverso debería contar con los
mejores avances tecnológicos y científicos para la investigación y no los
tiene; y del Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico John von
Neumann – IIAP- con sede en Quibdó,
adscrito al Ministerio del Medio Ambiente,
con elementos, equipos e insumos aún insuficientes para ejecutar sus funciones
legales y reglamentarias de investigación integral en el Pacífico, relacionadas
con la preservación y el uso sostenible de la
biodiversidad, así como con la distribución justa y equitativa de los beneficios
que se deriven de la utilización de los recursos genéticos del Chocó
bio-geográfico, sin que hasta ahora haya podido hacer ni lo uno ni lo otro
precisamente por esas y otras carencias.
Por lo expuesto, cualquier esfuerzo adicional que se
haga en el Chocó en materia de
herramientas para la investigación tecnológica y científica, en cualquier área
que fuere, resulta extraordinaria y sorprendente a gran parte de la ciudadanía, así otros
consideremos que tales gestos son a duras
penas el abono parcial a la deuda social que la Nación tiene con nuestra
región, históricamente abandonada y menospreciada. Baste cotejar las migajas
que acá se invierten en investigación con los exorbitantes recursos que a nivel nacional –con excepción del
Chocó- ejecuta el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander
von Humboldt, para funciones similares a las de aquel, centradas en la investigación
científica y tecnológica sobre biodiversidad, en promover el establecimiento de
estaciones de investigación, brindar asesoría a las entidades que conforman el
Servicio de Investigación Nacional Ambiental; y levantar el Inventario Nacional de la
Biodiversidad del país.
Unos “software” más o menos recientes, con los cuales se esté dotando al
Sena-Quibdó, no hacen la diferencia ni justifican tanto alboroto. Valdría la
pena investigar ¿que está haciendo esta institución en lugares distantes de
Quibdó, en la Costa Pacífica y a todo lo
largo y ancho del río Baudó?; y ¿que hace en el Alto y el Bajo San Juan, en el
Bajo Atrato, en el río Condoto y en el Iró?
¿qué programas adelanta en el río Sipí y en el Capá, en el Alto
Andágueda, en el río Munguidó, en Beté, en el río Munguidó y en Neguá? ¿qué ha
hecho en Jiguamiandó y Curvaradó o en otros cientos de rincones distantes y
abandonadas del Chocó? ¿que está haciendo
el Sena por la capacitación y adiestramiento de los campesinos de estas
sub-regiones, de sus hijas e hijos, de sus madres, para mejorar su
productividad o reorientar sus actividades hacía labores de mejor rendimiento
económico?.
Respecto a Caprecom, entidad que siempre apoyé en el Congreso para su
crecimiento y proyección nacional y regional, celebro que, superando todas las
crisis que a nivel nacional tuvo, hoy esté cumpliendo un papel protagónico
dentro del régimen de salud, especialmente en el Chocó, ante la coyuntura de
las fallas de algunas ESE´s y EPS´s oficiales y privadas que no respondieron a
las expectativas.
La Sala de Cirugía, con todo su instrumental y avances tecnológicos con
que Caprecom dotó al Hospital San
Francisco de Asís, así como los demás elementos que ha venido suministrándole
para una mejor atención de los pacientes es, además de una justa y necesaria
contribución a este tradicional centro de prestación de servicios, una
obligación de la nación para suplir otras de las grandes falencias del Estado
con el Chocó, por tanto, otra deuda social que el gobierno apenas comienza a
cubrirle al Departamento. Falta aún mucho por saldar.
Lo que no nos parece correcto es que a estas “acciones humanitarias” (como
las llaman en Bogotá) que nosotros calificamos como el cumplimiento de una simple obligación
legal y moral del Estado, le hagan desde la capital de la república tal
algarabía mediática; estoy absolutamente seguro que equipos médicos idénticos
se han llevado a otros centros
hospitalarios nacionales de ciudades de
departamentos andinos o de la costa atlántica y no se ha hecho tanto alarde por
parte de los publicistas del “régimen”, que escogen con “olfato pre-electoral”
el auditorio donde fácilmente pueden hacer estos “shows”, porque son pueblos
pobres y humildes donde jamás han llegado estos servicios y están ansiosos por
obtenerlos y por ello – por ser terreno propicio y gentes resignadas- son
utilizados por terceros en este tipo de “escenas
propagandísticas”.
Estamos entonces ante el aprovechamiento político que hace un Presidente,
en trance de segunda candidatura reeleccionista, de unos recursos obtenidos con
el recaudo de los aportes al régimen subsidiado que todos los colombianos de
mejores ingresos hacemos al Fondo de
Solidaridad y Garantía –Fosyga-. Prudencia y humildad, señor Presidente, mucha
prudencia, que esos bienes y servicios ni siquiera son de propiedad del Estado
sino de los particulares que contribuimos a ese fondo de apoyo y protección a
la salud de los compatriotas de menores ingresos, por tanto, tenemos todo el
derecho de reclamar por su debida utilización; y humildad y legalidad, señor
Presidente, mucha sumisión a la ley, que usted solo los está administrando.
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